El gas natural produce significativamente menos emisiones de gases de efecto invernadero en comparación con los combustibles convencionales. Esto ayuda a disminuir la huella de carbono, mejorar la calidad del aire en las ciudades, reducir en un 90% del material particulado, agente relacionado con las enfermedades respiratorias.
El costo del gas natural es generalmente menor que el diésel o la gasolina gracias a su estabilidad en el mercado. Adoptar esta alternativa puede dar como resultado importantes ahorros sustanciales en el gasto de combustible para las flotas de camiones de carga.
Los camiones que funcionan con gas natural comprimido o licuado tienen una mayor autonomía en comparación con los vehículos eléctricos. Esto es especialmente beneficioso para rutas de larga distancia.
El gobierno mexicano está promoviendo activamente el uso de combustibles más limpios. Utilizar gas natural en el transporte de carga puede ayudar a las empresas a cumplir con los estándares ambientales y regulaciones vigentes.
Debido a su estado gaseoso, el gas natural no se puede manipular con la misma facilidad que los combustibles tradicionales, lo que disminuye en gran medida el robo de combustible.